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Médicos del hospital Notti denuncian graves falencias
JUEVES 10 DE SEPTIEMBRE DE 2015
Los jefes de los servicios contaron cómo trabajan al límite cada día, lo que perjudica la calidad de atención. El Gobierno insiste en que se mantiene el nivel operativo del hospital, pero los profesionales aseguran que no es así.
“En terapia intensiva, las deficiencias son las mismas que en otros servicios en cuanto a la falta de insumos, materiales de limpieza, toallas para secarse las manos, medicamentos que estamos pidiendo a los padres que vayan a comprar o que se compran de forma diaria, sin equipamiento de rayos –porque no hay uno portátil, ya que se rompió– y tampoco podemos contar con equipo de electrocardiograma. Y hay algo que se viene arrastrando desde hace muchos años: es la falta de camas. Tenemos 16 y son insuficientes para la población de Mendoza. Tampoco tenemos terapia intermedia, ya que fue absorbida por la terapia y no nos da la posibilidad de brindar servicios a los pacientes críticos, sobre todo, en época de alta demanda. Hemos tenido que agregar camas donde no había lugar o derivar a la Neonatología del hospital”, detalló Marta Masciaro, jefa del Servicio de Terapia Intensiva del hospital Notti.
Su testimonio es la descripción perfecta de cómo está realmente ese centro asistencial, aún cuando en el Ministerio de Salud siguen argumentando que las deficiencias están atendidas y el servicio es prestado con “normalidad”.
Junto a Masciaro, ayer todos los jefes de servicios del Notti decidieron dar cuenta a los medios de todo lo que les falta para poder trabajar como es debido, de acuerdo con las necesidades de cada paciente y no, como revelaron, “con lo que se puede”.
Ni leche ni comida
Elena Moya, jefa del Servicio de Nutrición, explicó con visible angustia: “En el inventario tengo hoy tres latitas de hidrolizados, una lata de leche para prematuros, una lata de fórmula sin lactosa y dos cajas de leche para inicio o maternizada. Esto alcanza para 100 mamaderas y salen 600 al día. Piensen para cuánto nos alcanza”.
Por supuesto que esta profesional agradeció a las personas que, sabiendo de la situación, han realizado donaciones y a los médicos, que piden las fórmulas para los bebés de acuerdo con la existencia.
Moya agregó: “No podemos vivir sobre la cornisa, estamos alimentando a personas. A veces ese alimento es el tratamiento del chico y no podemos trabajar de esta manera”. También explicó: “Javier Villarreal, director del hospital, me pidió que hiciera un listado con lo mínimo indispensable para siete días, pero todavía no hay noticias”.
Carolina Grimalt, del Servicio de Procesamiento de Alimentos, adelantó que sólo tenía comida para los chicos internados y no para las mamás que se quedan a cuidarlos.
Los responsables del Servicio de Internación 1 y 2, Luis Cima y Hugo Lara, contaron que no tienen oxígeno de traslado, por si tuvieran que llevar a un paciente a otro servicio, ni cuentan con los medicamentos a tiempo. Es decir, terminan por aparecer 24 o 48 horas después de lo necesario, retrasando el tratamiento del chico, por lo cual, “los resultados no son iguales y se perjudica la salud del niño. Tampoco se pueden hacer estudios complementarios elementales, como por ejemplo, las seriadas esofagogastroduodenales, porque se robaron los monitores del aparato y no volvieron a comprarse más”, contaron.
En Farmacología, a cargo en estos días de Miguel Romero, “el problema también refleja con precisión la falta de gestión política del Gobierno para obtener un presupuesto acorde, a tiempo y en forma”.
“El hospital compra insumos, monodrogas y descartables de forma cuatrimestral, a principios de año. Salió el primer cuatrimestral, pero cuando hubo que hacer el segundo cuatrimestral , por prórroga o nueva licitación, al expediente no se le dio curso y quedó en Casa de Gobierno. Esto nos llevó a hacer compras de forma acotada, primero de $80 mil, luego disminuir a concurso de precios, a $20 mil, y ahora, comprar a diario por lo que es más caro. Y encima, la compra diaria no llega el mismo día, sino al siguiente con suerte. Hay proveedores que aún teniendo la orden de compra no entregan la mercadería por falta de pago o el trámite administrativo no les permite facturar al hospital la entrega de ese medicamento”, indicó Romero.
La catarsis de los médicos siguió durante un largo rato y no había diferencias entre sí: falta de todo. Y otra vez empezó la rueda con más datos: las sábanas son lavadas en el hospital Carrillo porque la lavandería del Notti está rota y trasladan en la ambulancia del hospital la ropa sucia con la contaminación de microbios que eso puede significar, aún cuando tratan de hacerle una desinfección, pero no es lo que corresponde.
En Neumonología, aseguran que hace meses que no pueden hacer videodeglución para saber si los chicos pueden broncoaspirarse. Entonces, en su lugar se coloca una sonda cuando son internados. Dicen, además, que los técnicos en Anestesia no tienen analgésicos o desinflamatorios básicos, pero lo más serio: carecen de tubos endrocraneales, indispensables para hacer cirugías. A veces, las que llegan en el día tienen una medida que no sirve para el paciente y la cirugía se suspende.
Al final, los galenos fueron consultados sobre por qué dicen esto ahora si el problema no es nuevo y la respuesta fue unánime: “No podemos manejar más la situación”.