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Querencio, un experto en materia de emergencias y catástrofes, especializado en Estados Unidos donde accedió al nivel cinco “Pentágono” (respuesta en emergencias, en tiempos de paz), observó que la intención es aumentar el nivel de capacitación en una articulación con todos los actores que intervienen en la emergencia, como el personal policial en los siniestros de tránsito, o aún los periodistas cuando son los primeros en llegar al lugar de la emergencia. Hizo notar que no se trata de la actuación en esos casos sino también en la emergencia clínica que puede presentar una persona víctima de un ACV (accidente cerebro vascular) en su domicilio o en instituciones públicas o privadas, que no tengan un sistema de asistencia médica.

 

La calificación científica de los recursos humanos y la posibilidad de establecer estrategias permitirán dar rápidas respuestas, con despliegues territoriales como aéreos, confirmó. Querencio mencionó como una primera etapa la de enfocarse en la constitución de “una mesa operativa con pantallas de ubicación de cada uno de los móviles, para que  sobre la base estadística de los requerimientos diarios se pueda diseñar estrategias para mitigar la situación de emergencia”. Observó que los casos de catástrofes responden a otros protocolos.

 

Explicó que en principio se pretende una definición triaje para definir qué recursos humanos y técnicos movilizar de inmediato. “Cuando hablamos de minutos en una emergencia, hablamos de minutos de vida que se ganan”, puntualizó.