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    “Cada vez que integramos una nueva prestación implica un incremento en el copago; hay que pensar cómo logramos reducir los costos”, dijo el ministro Jorge Basso.  

 

(MSP) Basso informó que uno de los desafíos de la reforma, en el marco del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), es que las 43 instituciones privadas y la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) como prestador público logren una mayor complementación y coordinación de forma de evitar costos vinculados con superposición de servicios, falta de eficiencia, no utilización adecuada de los recursos existentes.

En entrevista con la Secretaría de Comunicación, explicó que cada vez que se integra una nueva prestación supone un incremento en el copago.

“Tenemos que pensar cómo logramos que el sistema funcione cada vez más como tal, para evitar costos que existen y que se deben reducir sistemáticamente como política de cuidado de los costos de salud. Es un tema de mucho énfasis en el mundo. Debemos ser eficientes en la utilización de los recursos porque finalmente la gente es la que paga”, indicó.

El ministro de Salud Pública realizó estos comentarios en alusión al incremento de beneficios que el Gobierno de Tabaré Vázquez adjudicó a las instituciones prestadoras de salud este mes y que incluye la gratuidad de las ecografías para embarazadas (se incorpora la estructural fetal) y de la cirugía laparoscópica para la extracción de cálculos a la vesícula.

Agregó que a mitad de año se prevé la implementación de un nuevo ajuste en las cápitas, lo que supone  un estudio de alternativas y definición por parte de los equipos del ministerio.

“El sector salud le cuesta al país 9,2 % del producto interno bruto (PIB), unos 4.500 millones de dólares, por ende hay que hacerlo funcionar de forma más eficiente. Es un desafío permanente y es parte del esfuerzo de la Junta Nacional de Salud (Junasa) que administra el seguro y del ministerio en general, lograr por todos los medios que el sistema complemente, complemente y complemente y funcione cada vez más como sistema”, reflexionó.

Basso valoró que si cada uno de los prestadores quisiera funcionar como si el resto no existiera, los costos serían significativamente mayores que si se logra una lógica de sistema integrado.

“Es sencillo decirlo, es complicado ejecutarlo porque hay un escenario de competencia que es lógico, que es bueno, pero requiere que en paralelo se incorpore un escenario de complementación. Nos referimos tanto al subsector privado como al subsector público que tiene en ASSE al prestador integral pero además tiene una red importante de servicios públicos, para evitar el uso irracional de los dineros”, agregó.

Basso resaltó la concreción de convenios de complementación, sobre todo ante situaciones como las que se viven en localidades del interior del país donde existen cuatro maternidades y nacen solamente cuarenta niños al mes. “Esto se da sin ninguna razón más que la propia competencia entre los prestadores. No es razonable tener guardias permanentes y estructuras funcionando”, indicó.

Además destacó el esfuerzo del Gobierno por profundizar la reforma de la salud. Agregó que esto implica lograr un diseño más racional, y que por lo tanto el seguro que lo financie lo pueda hacer de forma más adecuada y permita seguir incorporando prestaciones que se consideran necesarias. El  ministro dijo que, comparado con otros sistemas del mundo, el de Uruguay ofrece un catálogo amplio de prestaciones, pese a que quedan otras importantes por incorporar.

“Tenemos que hacer un buen esfuerzo por mejorar la calidad del gasto, por mejorar el funcionamiento del sistema. Es el principal desafío de 2016”, dijo.

En este contexto, recordó que aún resta la firma de los nuevos contratos de gestión con los prestadores. “El seguro de salud funciona con una lógica. La Junasa firma con cada prestador un contrato de gestión donde se establecen las obligaciones de cada una de las partes. Este año hay una ronda de nuevos contratos donde seguiremos haciendo énfasis en la mejor integración del sistema”, recalcó.